Mis amigas y yo fuimos a Tarragona, algo que recomiendo mucho. Es un lugar muy interesante y solo está a una hora de Barcelona en tren, que sale cada treinta minutos. El boleto solo cuesta 7.50 euros y si enseñas que eres estudiante es más barato. Pero tengan cuidado porque no aceptan las tarjetas de estudiantes que nos dio CASB no se por qué. Solo una de mis amigas pudo tener el boleto de jove porque decía que era estudiante en su tarjeta de crédito. Salimos de la estación de Passeig de Gracia.

 ¡Aquí hay murallas romanas! Tienen un circo romano en donde hacían carreras de carrozas y uno puede pasar por los túneles que hicieron. El túnel principal es larguísimo y en los lados hay cuartitos muy impresionantes. Son muchos cuartos que parecen cuevas. No sé para qué servían, pero recomiendo que se metan para sentir el ambiente antiguo. 
 
Hay un restaurante buenísimo que se llama Cucafera que tiene un menú del día de muy bien precio. Está enfrente de la iglesia preciosa del pueblo. Me comí unos mejillones y un arroz con tinta de pulpo delicioso. Mis amigas pidieron una ensalada, sepia, y carne. Pedimos una jarra de sangría de cava que me encantó, de las más ricas que he probado en España. Todas estábamos muy contentas con la comida y nos quedamos horas en la mesa afuera. Es un lugar muy agradable. 
 
El día que fuimos el pueblo chiquito estaba festejando su santo, el mismo fin de semana que se festeja la Mercé en Barcelona. Recomiendo ir durante este tiempo para ver la cultura del lugar. Todos estaban afuera, había un mercado de comida, y un concierto afuera. El concierto se podía ver desde el circo romano que está un poco arriba. Por ser día festivo, todos los museos eran gratis. Lo único que no era gratis era entrar a la catedral. 
 
Tengan cuidado si van en esta época porque otro grupo fue ese lunes y todo estaba cerrado. También se puede ver un amfiteatro que está al lado del mar y tiene una vista lindísima. Se nota que es muy antiguo y algo que comentamos mis amigas y yo es que creemos que no lo están cuidando tan bien. Cada día pasa el tren y todo tiembla, y también dejan que la gente camine por todos lados. Para algo tan delicado no creemos que estén siendo suficientemente atentos. 
 
Recomiendo mucho que vayan a Tarragona, ¡nos encantó!