El teatro Liceu es legendario y atrae artistas de todo el mundo, incluyendo cantantes, actores, y bailarines. El 21 de noviembre, el Ballet Mariinsky presentó Le Corsaire en un nuevo montaje de la producción, una obra clásica del siglo XIX.
La primera noche de una presentación siempre es la más especial; al estar enfrente de una audiencia nueva, los bailarines tienen entusiasmo, evidente en sus realizaciones energéticas. Le Corsaire se trata de piratas, princesas, y esclavos; hay aventura, amor, y acción. La interpretación del Ballet Mariinsky incluyó escenarios espectaculares, vestiduras elaboradas, y coreografía expresiva y técnicamente rigorosa. Durante la noche, la compañía de danza rusa transportó la audiencia a otro mundo, lejos de la Rambla y el ruido de la ciudad.
Cuando yo voy a ver el ballet, la mejor parte de la noche nunca es la presentación técnica de los artistas o los tutus elaborados. El ballet clásico tiene la habilidad de comunicar temas universales en silencio; los bailarines usan movimientos para expresar emociones familiares. Esto genera una reacción única, un sentido de asombro compartido entre la audiencia. Esta experiencia única fue increíble y divertida, pero más que nada, fue una noche memorable gracias a la compañía de otros estudiantes de CASB.