Durante el último día de La Mercè, muchos de los museos de Barcelona tienen entrada gratuita y están abiertos para los visitantes. Después de ver algunos castellers increíbles, una amiga y yo fuimos al Museu Frederic Marès para ver su colección. Habíamos caminado a Plaça Sant Jaume para ver los castellers y fue un paseo corto desde allí al museo, pero también es posible tomar la línea amarilla a Jaume I para llegar al museo.
El museo era un poco escondido, aunque todavía era bastante lleno a causa de La Mercè. Cuenta con un patio agradable con un café que se puede disfrutar. Antes de entrar el museo, sólo sabía que su tocayo fue un coleccionista destacado de la escultura. En el museo, vi la extensión enorme de su colección.
El museo tiene varias colecciones: escultura, gabinete de coleccionista,
y el estudio-biblioteca de Frederic Marès. Mi sección favorita era la planta baja, parte de la exhibición de escultura, que tiene la escultura antigua y medieval hasta el siglo XIV. Esta sección incluye una portada románica que se puede caminar a través de, por lo que puedes sumergirte en la historia del objeto.
La enormidad de la colección era impresionante, pero abrumadora. Después de caminar a través de una habitación tras otra llena de estatuas de María y Jesús, sentí que no había suficiente información en el museo para ser capaz de apreciar las obras o reconocer las diferencias entre ellas. Aunque el Museu Frederic Marès tenía algunos objetos interesantes, la sensación general de desorden y la falta de explicación significa que yo no diría que es una visita obligada.